Con casi 34,000 millas de costas a lo largo de los océanos Pacífico y Ártico, las costas de Alaska se componen de marismas, estuarios, playas, costas rocosas, glaciares, bosques de algas marinas y arrecifes de coral. Con su geografía y clima únicos, el Estado alberga una fauna diversa especialmente adaptada a estas condiciones.
Debido a su aislamiento y sus duras condiciones, la vida silvestre en gran parte de Alaska se ha mantenido prístina sin enfrentar muchos de los desafíos experimentados en otras regiones. De las más de 1,300 especies de EE. UU. incluidas en la Lista de especies en peligro de extinción, sólo 8 especies en Alaska se consideran en peligro de extinción. Sin embargo, en el Plan de acción de vida silvestre de Alaska, 326 de las casi 1,100 especies de vertebrados que se encuentran en el estado fueron identificadas como necesitadas de esfuerzos de conservación proactivos para evitar verse amenazadas o en peligro de extinción. El cambio climático se identifica como la principal amenaza.

Investigadores, agencias gubernamentales y comunidades están realizando esfuerzos para determinar las mejores estrategias para proteger la costa de Alaska de las amenazas del cambio climático. La restauración y protección del hábitat de la vida silvestre es un componente crucial para la adaptación a un paisaje cambiante. Los proyectos de restauración del hábitat pueden incluir la estabilización de las costas, la plantación de vegetación nativa, la restauración del paso de los peces y la eliminación de especies invasoras.
Estabilización de costas El uso de técnicas de restauración de costas blandas, como costas vivas, puede hacer que las costas sean más resilientes, protegiendo la vida silvestre y las funciones de los ecosistemas. Una guía regional para Revegetación costera y control de la erosión de Alaska para propietarios y gobiernos locales analiza cómo utilizar plantas autóctonas para reforzar todo tipo de costas.
Ante la reciente disminución de las poblaciones de salmón, los habitantes de Alaska están invirtiendo en restaurar paso de pescado y hábitats de desove. Plantar árboles y arbustos nativos a lo largo de riberas de ríos y arroyos ayuda a estabilizar la costa, reducir la erosión y proporcionar sombra, lo que puede reducir la temperatura del agua y mejorar el hábitat de los peces.
Gestión de especies invasoras
A medida que el cambio climático amplía los rangos de especies invasoras en Alaska, la intervención temprana es fundamental para evitar que se propaguen. Las campañas de educación y eliminación de especies invasoras en toda Alaska tienen como objetivo proteger las especies nativas y prevenir la destrucción del hábitat.

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